Complementarios

Complementarios es la continuidad de un proceso de investigación que comenzó con la serie Reflexión.

Esta hablaba sobre los conceptos preestablecidos de la escultura en piedra, utilizando un lenguaje básico: el punto, la línea y el plano, para expresar ideas y conceptos sensoriales, esta búsqueda se realiza a través de métodos y técnicas de trabajo puramente tradicionales que definen «el nacimiento desde la oscuridad» (Heidegger), la filosofía de la obra, su intencionalidad y su reacción en el espectador.

Interviene la reflexión de la luz en el espacio, convirtiendo esta segunda idea, en parte fundamental para completar la obra como un todo.

Complementarios, sin dejar ese lenguaje, evoluciona hacia la integración de otros materiales que, sutilmente, enriquecen el diálogo entre el espectador y la obra.
Las obras se matizan con la aportación del color (primaros y secundarios) en su forma y en su fondo, las sombras arrojadas y, por supuesto, el espacio que envuelve la obra.
Es decir, el vocabulario básico del lenguaje artístico tradicional.

El proceso creativo se encuentra vinculado inequívocamente al material empleado (piedra, mármol, basalto, etc.) y, por tanto, al proceso y métodos de ejecución tradicionales, según las teorías de Rudolf Wittkower y la herencia del conocimiento, emparentadas con las corrientes del pensamiento oriental, no solo como base elemental para culminar la obra, sino también como germen que te lleva a la perfección.

La reflexión durante el proceso creativo desencadena un nuevo diálogo con la materia, que traspasa su propia naturaleza orgánica y formal para transformar el espacio. De ahí que la materia pase a ser contenedora y generadora de nuevas percepciones.

La obra escultórica suspendida en el aire se muestra ligera y pura, desvinculándose de toda idea preconcebida de su propia morfología. Las piezas sugieren nuevas percepciones espaciales, vinculadas a la luz y la sombra. Recordando a Junichiro Tanizaki «Lo bello no es una sustancia en sí, sino un juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de las diferentes sustancias que va formando el juego sutil de las modulaciones de la sombra».

De esta manera, la luz, al ser dirigida a la materia, termina de componer el espacio y es parte creadora de las experiencias visuales cambiantes que nos remiten al dibujo y la pintura, ayudando a resaltar el valor de la escultura como elemento de síntesis de ambas y actúa como eje vertebrador de todos los demás elementos.

Esta serie se acerca al espectador mostrando un lenguaje básico y sintético en el que el punto, la línea, el plano y los colores, hilvanan los huecos por donde se crea la experiencia visual individual y personal del espectador, recordando en todo momento que «menos es más».

La serie Complementarios se desprende de la peana para volar libre y ligera en el espacio de la sala. Las piezas, en su mayoría suspendidas, se vuelven ingrávidas y etéreas.
Los materiales (mármol y resinas) trabajados al límite de su resistencia mecánica, crean un magnetismo o comportamiento óptico de transparencia sutil. Su disposición dentro la sala se mimetiza con las luces (mezcla de frías y cálidas) y sombras que envuelven y componen su lectura. Las piezas crean las sombras que se yuxtaponen y transforman sutilmente. Las realidades espaciales y pictóricas son libremente interpretadas por el espectador.

Texto y fotografía: Noemí Arrocha Reyes