Sabores y saberes: un intercambio gastronómico con el alumnado de FP Plus de Restauración
Cafés Careca: del grano a la taza
La jornada comenzó en Cafés Careca, donde los estudiantes fueron recibidos con la calidez de un café recién hecho. Pero esta no era una visita común; pronto se sumergieron en una sesión teórica que trascendió lo convencional. No solo aprendieron, sino que también impresionaron al formador con su amplio conocimiento. Este hecho, destacado como inusual por parte del instructor, resaltó el compromiso y la dedicación del alumnado de FP Plus de Restauración.
Pero la teoría es solo el comienzo. Los participantes tuvieron la oportunidad de presenciar una demostración práctica sobre cómo servir un café con la cremosidad perfecta. Consejos valiosos para alcanzar la excelencia en cada taza se absorbieron como el aroma de un buen espresso. La visita culminó con un recorrido por la planta empaquetadora de café, donde se desvelaron los secretos detrás del proceso de producción. Aquí, el café se convierte en algo más que una bebida: es una pasión, una tradición y un arte.
Bodega Brumas de Ayosa: el arte de los vinos canarios
Desde Careca, el grupo se trasladó a la reconocida Bodega Comarcal Valle de Güimar, hogar de los renombrados vinos Brumas de Ayosa. Aquí, los estudiantes se sumergieron en un viaje a través de los diferentes procesos de elaboración del vino. Desde la recepción de la uva hasta el momento de su embotellado, cada paso fue revelado con maestría.
Los vinos blancos, tintos, rosados y espumosos se convirtieron en protagonistas de la jornada. Los participantes no solo aprendieron sobre sus características y sabores, sino que también fueron instruidos sobre los aspectos clave de una cata de vinos. Las dudas se disiparon, y el conocimiento fluyó como un buen Malvasía.
Actitud y compromiso
La actitud del alumnado durante toda la jornada fue elogiada. Su participación activa y respetuosa demostró que esta experiencia no solo fue educativa, sino también inspiradora. En resumen, la visita a Careca y Brumas de Ayosa no solo fue un éxito rotundo, sino también un recordatorio de la riqueza gastronómica y vinícola de las Islas Canarias.