Descubre a través de esta entrevista la inspiradora historia de Adrián Rayner, becario de la Fundación MAPFRE Canarias, cuya conexión con el mar desde la infancia lo llevó a dedicarse a la biología marina. Desde sus primeros encuentros con tortugas bobas hasta su compromiso con la protección de áreas marinas, Rayner nos muestra cómo la pasión y el apoyo de la fundación pueden impulsar la preservación de nuestros océanos para las generaciones futuras.
¿Qué te motivó a estudiar biología marina y cómo descubriste tu interés por esta especialidad?
Desde que era muy joven mis padres y yo veraneábamos en el sur de Tenerife e íbamos a la playa todos los días. Ahí yo buceaba con las gafas y el tubo o me ponía a curiosear por los charcos. Esto forjó un vínculo con el mar y sus especies que a día de hoy sigue estando muy presente en mi.
Como becario de la FMC ¿Puedes contarnos más sobre el enfoque de lo que has estudiado y su relevancia?
Mi máster en biología y conservación de la fauna ha estado enfocado en la relación que hay entre los seres humanos y la fauna y flora de nuestro planeta, y cómo podemos estudiarla y conocerla más mediante una serie de métodos de estudio para así poder protegerla y conservarla. Esto es muy importante debido a que actualmente el impacto que el ser humano tiene sobre el medio natural es cada vez mayor, afectando a los animales y plantas que lo habitan y llevando a algunas de estas a la extinción, es por ello que debemos formar y concienciar a más gente para que las próximas generaciones no se encuentren un planeta destrozado.
¿Por qué elegiste ese máster específico y por qué en esa universidad?
Después de terminar mi grado en biología marina, quería continuar mis estudios y hacer un máster donde poder especializarme aún más, pero sin tener una idea clara de lo que hacer, ya que dentro de la biología marina hay muchos campos distintos que uno puede elegir. Cuando vi este máster en biología y conservación de la fauna, me atrajo casi instantáneamente, ya que combinaba la conservación con el estudio de las especies y su biología. La universidad ya la conocía por amigos que estudiaron allí, pero no fue el principal factor a la hora de elegir este máster, ya que quedaba un poco lejos de donde yo vivo. Pero después de llevar un trimestre en ella, puedo decir con convicción que es una muy buena universidad.
¿Cuáles son los desafíos a los que te has enfrentado como biólogo marino durante tu beca?
Como biólogo marino, paso mucho tiempo en la costa o en un barco tomando muestras u observando la fauna marina, y a veces las condiciones climáticas no son las adecuadas. Esto puede ser frustrante ya que puede afectar tus muestreos y hacer que los datos tomados ese día no sirvan de nada. Esto significa que muchas veces los proyectos que tu planeas en tu cuaderno, a la hora de aplicarlos a la vida real, no terminan de funcionar del todo y requieren cambios en la estructura.
¿Puedes contarnos alguna anécdota que te haya pasado?
Durante uno de mis voluntariados en la isla de Sal en Cabo Verde, tuve que hacer guardias nocturnas en las playas donde las tortugas bobas paraban para poner huevos. En una de las noches mientras yo y mi compañero hacíamos la guardia, vimos que una tortuga salía del agua y se acercaba directamente a nosotros. Debido a que no podemos movernos para evitar que la tortuga se asuste y termine no poniendo sus huevos, la tortuga terminó chocándose conmigo y me dio un toque con su aleta. Al final esta tortuga termino poniendo los huevos pero en un punto de la playa más alejado de nosotros. Esta era mi primer contacto cercano con una tortuga boba y me dejó fascinado.
¿Cómo ha contribuido la FMC en tu desarrollo profesional y académico en tu ámbito de estudio?
La Fundación Mapfre Canarias ha contribuido en mi desarrollo profesional y académico, por un lado, con una ayuda económica, sin la cual hubiera sido complicado realizar un Máster en el extranjero. Y por otro lado, me ha ayudado a crear una red de relaciones con personas de diferentes ámbitos profesionales pero que tienen en común la ambición de dejar una huella en el mundo para que las próximas generaciones tengan un futuro mejor.
¿Qué consejos darías a aquellos que están pensando estudiar biología marina o buscar becas en el campo?
El mayor consejo que le puedo dar a aquellos que están interesados en estudiar biología marina es que intenten hacer todos los voluntariados/”internships” que puedan, ya que es la mejor forma de ganar experiencia en el campo al mismo tiempo que conoces gente profesional que puede servir para conseguir trabajo en un futuro. Las becas no solo dependen de que alguien sea muy buen estudiante sino también de sus capacidades prácticas.
¿Cómo te visualizas contribuyendo al avance de la biología marina en el futuro después de completar tu beca?
Una vez termine mi máster y de por hecha mi etapa como estudiante, me visualizo trabajando en un área marina protegida. Estos espacios naturales designados para la protección de ecosistemas marinos son cada vez más necesarios en un mundo donde la pesca y la sobreexplotación de los recursos marinos está destrozando nuestros océanos. Por ejemplo en Canarias, los sebadales o praderas marinas, están siendo destruidos debido al impacto de los vertidos tóxicos y esto afecta a la biodiversidad de las islas. Gracias a mis conocimientos en conservación y biología marina podré aportar mi grano de arena para que nuestros mares y su biodiversidad salgan adelante y podamos recuperar aquella diversidad que había antes.