El proyecto del huerto comunitario juvenil en el barrio de Ofra, una iniciativa impulsada por la Asociación MAYE con la colaboración de la Fundación MAPFRE Canarias, ha logrado reunir a diversas generaciones y transformar el entorno educativo en el IES Padre Anchieta. Este espacio verde no solo beneficia a los estudiantes, sino también a los residentes del centro de mayores cercano y a los vecinos de la comunidad. En esta entrevista, conversamos con algunos de los protagonistas de esta iniciativa.
Luis Eladio Díaz, embajador del proyecto, explicó cómo surgió esta colaboración: “La Fundación MAPFRE Canarias y la Asociación MAYE se han unido para poner en marcha este huerto comunitario juvenil en el barrio de Ofra, un espacio del que van a disfrutar tanto el alumnado como el profesorado del IES, así como los vecinos y los residentes en el centro de mayores de Ofra”. Con esta iniciativa, se busca crear un punto de encuentro en el que el aprendizaje, la convivencia y la sostenibilidad se den la mano.
Por su parte, María Eugenia Díaz Rodríguez, directora del IES Padre Ancheta, destacó la importancia de este proyecto para el centro: “El centro cede sus jardines para la puesta en marcha de este huerto comunitario juvenil, convirtiéndolo en un punto de mejora de convivencia”. Para Díaz Rodríguez, esta iniciativa no solo transforma un espacio físico, sino que también mejora las relaciones entre los estudiantes, el profesorado y la comunidad, integrando a los más jóvenes con generaciones mayores.
El entusiasmo por el proyecto también se refleja en el personal docente, como lo expresa Keyla Herrera, profesora del IES Padre Ancheta: “La puesta en marcha del huerto escolar ha sido muy positiva porque hay alumnado que nunca ha estado cerca de la agricultura. Además, este año hemos contado con la ayuda de usuarios de la residencia de mayores cercana para su puesta en marcha”. Según Herrera, los estudiantes no solo aprenden a cultivar, sino que también adquieren habilidades valiosas para su futuro. “Conocer más sobre la agricultura puede permitirles en un futuro inclinarse por esta salida laboral”.
Este huerto no es solo un espacio de aprendizaje, sino también un lugar de encuentro intergeneracional. Los usuarios del centro de mayores de Ofra se han convertido en una parte fundamental del proyecto, compartiendo sus conocimientos y experiencias con los jóvenes del IES.
Francisco Duque, de la Asociación MAYE, subrayó el valor de estos huertos como herramientas educativas y comunitarias: “Estos huertos comunitarios juveniles sirven como recurso educativo al colegio y también para conectarse con otras generaciones, así como para fomentar la naturaleza en espacios urbanos”.
La creación de estos espacios verdes en zonas urbanas promueve no solo el respeto por el medio ambiente, sino también la integración social y el bienestar comunitario. El éxito del huerto comunitario juvenil de Ofra es un ejemplo de cómo la colaboración entre instituciones, asociaciones y vecinos puede generar un impacto positivo y duradero. Iniciativas como esta refuerzan el sentido de comunidad, fomentan el respeto por el medio ambiente y ofrecen nuevas oportunidades para el futuro laboral de los estudiantes.